NO MIRES ATRAS I

Se cierran los ojos, se enciende la luz, pero esta muy lejana y se ve muy débil; dolor en el pecho, presión en la cabeza; debo respirar, ingresa el aire, el dolor mengua, la luz disminuye. Era la ultima bocanada de aire que ingresaría a mi cuerpo que hace 30 días yace en esta cama y hace 3 segundos no es mas que un cuerpo inerte.

Apareció esa mujer, la que siempre soñé, me llamaba hacia la luz,  me dio pereza. La verdad creo que lo hubiera hecho, pero aun me siento atado a la cama; atado como me han tenido los últimos días, ellos dicen que me porto mal. Yo me siento mal y trato de sentirme mejor, no creo que eso este del todo mal.

Decido ponerme en pie, lento pero seguro y descubro que mágicamente no estoy atado ya, ¿O si?. Le grite a la mujer que me esperara, pero se aleja y no me escucha. Decido gritarle de nuevo, esta vez si hay respuesta. Se detiene y voltea, me extiende su mano; -¿Por qué tanta amabilidad?- desconfío, mire atrás y me sorprendí muchísimo, -¿Qué paso? ¿Por qué? ¿Cómo...?- lo que pasa es que sigo atado a la cama, y, si estoy ahí ¿Entonces quien esta aquí? ¿Quién soy?....

Todo se nublo y me embargó una ansiedad enorme, no se que hacer, ¿Me regreso? ¿Me voy con ella?; que confusión, por una parte aquellas cadenas invisibles no me liberaban, y  por otro la mirada de “ella” me atraía como un poderoso imán. La mujer empezaba a impacientarse, me dio la impresión de  que se iría en cualquier momento, la expresión de su rostro me decía que no esperaría mucho tiempo…pero, no se marcha….Ja!!! Creo que no se irá sin mi!.....y ¿Si la traigo conmigo de vuelta? ¿Querrá venir?...avancé hacia ella lentamente, todo me resultaba ajeno, me sentía ligero como nunca en mi vida ¿Flotaba acaso? Tomé su mano y volví a mirar atrás…vi mis labios morados, mi cara pálida y fantasmal, mis puños apretados. Ella me halaba ahora hacia la luz, y a su vez aquel resplandor comenzaba a parecerme menos aterrador -¿Debo ir?- me pregunto. Unos veinte pasos más adelante me detengo de nuevo y miro atrás, no puedo evitarlo. Ya no estoy solo en la cama, mi madre llora desconsolada, mí amada Susana grita y los médicos me golpean, me hacen brincar con unas cosas que me pusieron encima….un tubo asqueroso baja por mi garganta…..pero ni allá ni aquí siento nada ¿Qué carajos sucede?

Siendo halado de nuevo por mi chica hermosa siento la necesidad de regresar, debo salvarme, me están haciendo daño….aunque yo me siento tan bien, éste vacío deja de asustarme, hay una  paz que comienza a correr por mis venas ¿Por qué habría de dejar todo esto? Corrí con ella, me acerque a la luz... ya no se ve tan suave, ahora el resplandor me ciega... no lo soporto y a ella tampoco; ¡Quiero volver! No quería soltarme, seguía halando y halando…. ¿Quién es? Estoy cada vez mas desesperado ¿A dónde me lleva? ¡¿Qué quiere de mí?! Quisiera llorar de la desesperación pero, no puedo, estoy hueco, mi corazón ya no late ¿Qué fue de mis emociones? Me gustaría que me hablara, así fuera un poquito, quiero entender, necesito entender… ¡BASTA! me detuve exaltado y me solté de un tirón, pensé que el brazo se caería de su sitio, pero no, seguía intacta; mi mujer, mi afanadora, mi muerte.

Había descubierto de quien se trataba y era hora de decidir… ¿A dónde es que me quiere llevar? ¿Cómo es ese lugar al que voy? ¿Se quedará conmigo al llegar allá? Las mismas preguntas daban vuelta en mi mente una y otra vez, demasiada confusión. Era imposible saber todo eso si ella no se decidía a hablarme, pero no lo hacía,  no pronunciaba ni media palabra, ¿Cómo hacerla hablar?; la presione y le pregunte, nada... solo indiferencia ¡Maldita indiferencia, viví con ella y ni muerto me deja en paz!. La miré desanimado, confundido, enojado y triste, quería golpearla pero no podía, quise llorar de nuevo y ni un solo sollozo escapó de mi -¡Basta de tanta tortura!-….creo que eso fue lo que ablando a la muy maldita, como que sintió pena por mí; ahora trataba de hablar. Pero, o yo estaba sordo, o ella muda porque fue en vano tratar de entendernos, era imposible. Después de un largo rato de intentos fallidos un hilo de voz suave, hipnotizante y dulce salio de ella…. Alegrándome de no estar sordo pensé: ¿Quien creería que la muerte podría ser tan hermosa y tener una voz tan sexy, tan llamativa? Francamente pensé en irme con ella, pero el recuerdo inmediato de Susana no me lo permitió, ella era mi verdadera mujer….

Mire atrás una ultima vez para tomar la decisión definitiva y todo ya estaba muy lejano, llegue a pensar que era demasiado tarde…..Susana tenia la cara destrozada por sus propias uñas, estaba en el piso inconciente, mi madre me hablaba recostada en mi pecho, no la oigo, pero se que me reclama cosas, como cada día de mi corta existencia. Mi padre estaba ahora dentro de la habitación; jamás había visto esa expresión en su rostro, no sabría ni como describirla, era una mezcla de dolor, impresión y arrepentimiento, -al parecer si me quería…y con todo lo que lo enfrenté…quisiera poder abrazarlo y decirle que yo también lo amo, que todo está olvidado y que nunca es tarde para retomar la relación amistosa ¿Podré?...la mire, ella negó con la cabeza, eso me enfureció. Pero su cara de calma glaciar se convirtió en una mueca de susto; creo que aun puedo decidir lo que quiero hacer, seguramente es que no le conviene que me regrese, pobrecita, esto debe ser para ella como una misión y yo se la estoy dificultando; que pena por ella pero esta es mi vida y  se que es lo que quiero hacer. Mi cuerpo a lo lejos muestra que no tengo mucho tiempo pero esa no es mi decisión; supongo que es en este momento en el que debo acordarme de las cosas en las que creía y Dios no era una de mis prioridades… ¿Dónde esta el? ¿Para quien trabajara en esta ocasión la hermosa?

-Siéntate querida, me voy a tomar mi tiempo para decidir, ¿ Vas a hablar?-asintió, eso me alegro, entonces me senté, me acomode, respire y ...- Por qué tu y yo vamos a hablar largo y tendido, aunque el tiempo sea poco- Tenia mucho que preguntar, pero no sabia por donde empezar, pensé en Susana, parecía sufrir montones  y yo no quería eso; no merecía las lágrimas ni el sufrimiento de aquel ser tan puro- Dime que pasara con Susana, mis padres...mis amigos?- En ese momento me di cuenta de cuanta gente me importaba, demasiado tarde ¿No? - ¿A donde es que me llevas? ¿Cuánto tiempo me queda?- aunque algo me decía que el tiempo estaba por terminar- ¿Quien te envió por mi?- Mi tono se transformaba velozmente, iba de la exigencia a la desesperación. Quise seguir pero me di cuenta que con eso era suficiente, después de todo tampoco quería que se molestara conmigo y ya no me dijera nada. Espere que organizara sus ideas y respondiera…

Me asombró sobre manera su expresión, pero su respuesta me dejo mudo, atónito; como era posible que me respondiera un simple e incluso estúpido “no se”.
-¿Me tomas acaso por imbécil? No juegues conmigo- Me enfadé, siempre fui bastante explosivo y mi paciencia estaba llegando a su límite.